Home > El castigo de los reyes (Furyborn, #3, Empirium, #2.1)(7)

El castigo de los reyes (Furyborn, #3, Empirium, #2.1)(7)
Author: Claire Legrand

   Él, con los puños apretados a los lados, obedeció.

   —Escúchame —le dijo Eliana a Navi con firmeza mientras parpadeaba para intentar alejar la oscuridad que le llenaba los ojos—. «Cuéntame algo real.» ¿Te acuerdas?

   Una ola de reconocimiento cambió el semblante de Navi.

   Eliana se aferró a ello:

   —Cuando estábamos en Santuario, fui a verte. Había tenido una pesadilla. Tú me abrazaste. Me consolaste.

   Navi aflojó las manos y dejó de fruncir el ceño.

   —Me dijiste que te contara algo real. Te hablé de Harkan.

   A Navi le brillaron los ojos, como si dos velas cobraran vida en una habitación oscura. Se alejó enseguida de ella, sacudiendo la cabeza.

   —No, no, no. —Se llevó los dedos temblorosos a las sienes y se puso las rodillas contra el pecho—. Dios mío, ¿qué está pasando?

   Eliana gateó vacilante hacia ella:

   —No pasa nada. Estoy aquí, a tu lado, y estoy bien.

   —¿Qué me han hecho?

   Navi se acurrucó contra el pilar de piedra que separaba la ventana rota de su vecina intacta. Temblando, con la cara ojerosa y macilenta por el agotamiento y con la cabeza afeitada, donde aún se veían las marcas de los cuchillos de Fidelia, miró a Eliana con ojos implorantes. En el silencio, su sollozo estalló como el quebranto de un cristal.

   —¿Qué es lo que me han hecho? —gritó.

   Detrás de Simon, cuatro guardias doblaron la esquina que había al final de la galería y corrieron hacia ellos, pero este —con el pelo revuelto, la camisa de dormir y el cinturón de las armas puesto de forma apresurada sobre los pantalones— los detuvo de inmediato con una sola mirada fría y asesina.

   Eliana, sintiendo aún el pulso en el cuello, se acercó a Navi como si esta fuera un animal herido. La sangre le caía por la mejilla. Se la secó, y una fuerte náusea le subió de la barriga a la garganta al darse cuenta de que, por primera vez en su vida, la herida no estaba cicatrizando.

   Sin embargo, cuando Navi la miró y gritó, lo único en lo que pudo pensar Eliana fue en el rostro surcado de lágrimas de su amiga. Navi alargó los brazos hacia ella, y Eliana la abrazó con fuerza contra el pecho.

   —Id a buscar a los sanadores de Navana —ordenó Simon a los guardias.

   Eliana se puso la cabeza de Navi bajo la barbilla y se encontró con la mirada furiosa y azul de Simon. En ella podía ver reproche... y lástima.

   —Déjalo estar —le dijo ella en voz baja—. Por hoy, nada más.

   Él inclinó la cabeza y se apartó para montar guardia hasta que llegaran los sanadores.

   Aun así, Eliana oyó las palabras que él no había dicho con tanta claridad como si se las hubiera susurrado al oído: «No hay esperanza. La Navi a la que conocíamos pronto habrá desaparecido».

 

 

3

RIELLE

 

 

«San Grimvald el Poderoso fue el primero en domesticar los grandes dragones de hielo del lejano norte, aunque en aquel entonces él no era santo ni poderoso. Era un soñador, un dominametales cuyo corazón aún no había sido endurecido por la guerra. Recorrió las oscuras laderas de Villmark, decidido a ver un animal divino con sus propios ojos, pese a que hacía media edad que nadie avistaba esas criaturas. Fue esa manera de maravillarse, esa pureza de espíritu, lo que lo llevó a los nidos escondidos en lo alto del hielo y lo que le salvó la vida.»

   Libro de los Santos

   Después de que llevaran casi una hora en el aire, la mente de Rielle se despejó al fin.

   Tras ella, Audric exclamó sobre el viento:

   —¿Dónde estamos? —Sonaba sorprendido y atontado, como si se acabara de despertar de un sueño difícil.

   Rielle, demasiado enfadada para contestar, guio a Atheria hacia un pequeño bosque que bordeaba una cadena de montañas bajas. El animal divino respondía al instante incluso a sus más leves movimientos. En el momento en el que los cascos de la chavaile tocaron el suelo, Rielle se deslizó sobre su lomo, saltó al suelo y se volvió hacia Ludivine.

   —¿Quién te crees que eres? Nos has obligado a irnos. Yo no quería hacerlo, pero ¡tú has entrado en mi mente sin permiso y me has forzado! —Observó desmontar a Audric. Se lo veía un poco mareado, pero aun así el chico consiguió lanzarle una mirada furiosa a Ludivine—. También te colaste en la mente de Audric, ¿verdad? Lu, estoy tan enfadada que apenas puedo mirarte.

   Ludivine desmontó la última y, cuando ya lo había hecho, Atheria serpenteó la cabeza y bufó, mostrando los dientes afilados. La chavaile levantó las enormes alas negras y mullidas y pareció doblar su tamaño.

   Enseguida, Ludivine se alejó y se alisó la falda:

   —Estás dramatizando un poco. Os podríais haber quedado si hubierais querido. Yo no os habría obligado a nada.

   —Quizá —dijo Audric con voz grave y tensa—, tal como habíamos acordado, podrías abstenerte de entrar en nuestras mentes salvo que fuera absolutamente necesario. Por ejemplo, podrías avisarnos con tiempo cuando haya gente que se acerque con intenciones asesinas.

   —El teatro tiene sus ventajas —contestó Ludivine impasible—. Quería que todos los asistentes vieran una demostración espontánea de vuestro poder. —Miró a Rielle—. Los dos, juntos. La gente de Celdaria debe recordar lo más a menudo posible que sois fuertes y que sois amigos.

   Audric torció la boca y se cruzó de brazos.

   —La gente debe recordar que Rielle es leal a la corona, y que la corona confía en ella.

   Ludivine dejó de estar tan rígida, aunque solo un poco.

   —Exacto.

   —Un mensaje que sin duda ha perdido fuerza cuando hemos huido cinco minutos después —espetó Rielle— y hemos abandonado al pueblo de Carduel a su suerte ante cualquier peligro que se presentara.

   —Lo que ha pasado suponía un peligro para ti, no para ellos —dijo Ludivine, mirando a Rielle con calma—. Esta es la primera vez que Corien te ha hablado desde la prueba del fuego. ¿No es así?

   Rielle notaba los ojos de Audric sobre ella y sentía el rostro cada vez más caliente. Levantó la barbilla y, sin pestañear, le devolvió la mirada a Ludivine, que la observaba con ternura.

Hot Books
» House of Earth and Blood (Crescent City #1)
» A Kingdom of Flesh and Fire
» From Blood and Ash (Blood And Ash #1)
» A Million Kisses in Your Lifetime
» Deviant King (Royal Elite #1)
» Den of Vipers
» House of Sky and Breath (Crescent City #2)
» The Queen of Nothing (The Folk of the Air #
» Sweet Temptation
» The Sweetest Oblivion (Made #1)
» Chasing Cassandra (The Ravenels #6)
» Wreck & Ruin
» Steel Princess (Royal Elite #2)
» Twisted Hate (Twisted #3)
» The Play (Briar U Book 3)