Home > Se lo que quieres(4)

Se lo que quieres(4)
Author: Samantha M. Bailey

   Tessa sabía cómo calmarla. Nicole confiaba en ella todo lo relativo a su trabajo, sus secretos, su salud.

   —Gracias, Tessa —dijo.

   —Solo tenemos que respirar. Me lo enseñaste tú, Nicole.

   Nicole se sonrió a sí misma.

   —Supongo que para eso estamos las amigas, para ayudarnos a respirar.

   —Exacto —dijo Tessa, mientras una sonrisa ancha y bondadosa inundaba su cara—. No recuerdo la última vez que tuviste un ataque de pánico.

   Nicole lo recordaba perfectamente. Hacía cuatro años, cuando Tessa y ella estaban revisando el catálogo de la primera línea de productos para el cuidado de la piel de recién nacidos. Al ver la foto de aquella madre beatífica sentada en una mecedora, acunando a su bebé envuelto en una tela, de repente se quedó sin aire y se llevó la mano al pecho con un dolor espantoso. La madre de la imagen le recordó a Donna. El recuerdo de aquel verano traumático volvió a la superficie sin poder evitarlo. Le dio mucha vergüenza. Tessa era una empleada, por entonces diseñadora de producto, y Nicole no quería que se desdibujaran los límites.

   Sin embargo, Tessa fue tremendamente comprensiva. Era profesora de yoga y graduada en wellness holístico, y enseñó a Nicole a manejar sus ataques de pánico. Su voz serena y reconfortante y su suave tacto funcionaron. Con el tiempo, Nicole logró dejar la medicación para la ansiedad. Empezó a crearse un vínculo entre ellas. Tessa ascendió en la compañía hasta convertirse en directora de producto, y mano derecha de Nicole. Se sentía lo suficientemente cercana a ella como para contarle todo lo ocurrido aquel verano en Kenosha, hacía diecinueve años. Y contar el secreto le quitó un inmenso peso de encima, un peso que la estaba lastrando de formas cada vez más preocupantes. En cierto modo, su amiga Tessa, porque ya era mucho más que una simple empleada, le había salvado la vida.

   Aparte de su hermano mayor, Ben, a quien apenas veía, Tessa era la única persona que sabía algo de lo ocurrido hacía tantos años. Nicole no quería que Greg se enterase de nada, tampoco de su trastorno de ansiedad. Para él, ella era fuerte, capaz, una líder. Esa era la mujer a la que amaba, y no estaba dispuesta a mostrarle a una Nicole distinta.

   Su respiración se fue ralentizando y notó que el nudo de su pecho se deshacía.

   —¿Quieres contarme qué te ha provocado esto? —preguntó Tessa.

   Se volvió para apoyar la espalda contra la ventana y se quedó mirando el rostro joven y hermoso de Tessa. Su cabello largo y rubio platino recogido en su eterna trenza, y su figura menuda. Apenas tenía veintinueve años, frente a los treinta y seis de ella, pero a veces era muy sabia para su edad. Eran dos tipos de persona distintas. Tessa no tenía pareja formal ni hijos. Su vida era tal y como quería: libre y sin responsabilidades. A veces, la envidiaba. No parecía necesitar a otras personas, no como Nicole. Y, desde luego, nunca parecía sentirse sola.

   Nicole se apartó de la ventana de un empujón. Debería ser el momento más feliz de su vida. Volver a empezar, otra vez. No estaba dispuesta a permitir que Donna lo estropeara todo… de nuevo.

   Por eso mintió al contestar a la pregunta de Tessa.

   —Supongo que simplemente estoy nerviosa por el parto. Y creo que me inquieta un poco dejar Breathe en manos de Lucinda. Es mi empresa y lo ha sido todo para mí. Cuesta imaginar que no voy a estar aquí durante las próximas seis semanas.

   —Pero yo sí estaré. Y Lucinda cree en Breathe. Está entusiasmada con la idea de ejercer como directora ejecutiva durante tu ausencia.

   Su respuesta le arrancó una sonrisa. Cuando sacó la empresa a bolsa, negoció un cargo permanente como directora general, curándose en salud ante circunstancias impredecibles. Lucinda votó en contra, y perdió. Ahora, al menos durante unas semanas, Lucinda tendría lo que quería. En cuanto Nicole volviera de su baja de maternidad, debería recompensar a Tessa por su lealtad, tal vez ascenderla a vicepresidenta.

   —Si la vieras en las reuniones del consejo de administración… —dijo Nicole—. En fin, tienes razón. Todo irá bien.

   Tessa se rio.

   —Pero ¿estás bien como para ir a la reunión? —preguntó.

   —Claro.

   Nicole se enderezó. A ver, era directora ejecutiva. Había sacado su empresa a bolsa con solo veintiocho años. ¿Cómo iba a derrumbarse tan fácilmente? El pasado pasado estaba. Solo era una carta. Las palabras ya no podían hacerle daño.

   —Estoy bien, Tessa. Puedo ir a la reunión perfectamente.

   —Vale. Pásate por mi despacho cuando termines, y nos vamos a cenar algo para celebrar tu último día.

   —Me encantaría, pero Greg y yo tenemos una cita. Puedo ponerme de parto en cualquier momento, así que queremos aprovechar al máximo estos últimos días juntos.

   Tessa sonrió y salió de su despacho. Nicole se acercó al escritorio y arrojó la carta dentro del cajón. Sin embargo, mientras se recomponía y se preparaba para salir hacia su última reunión con el consejo de administración antes de convertirse en madre, el mensaje de Donna volvió a resonar en su cabeza: «No eres capaz de mantenerla a salvo».

   De repente, le vino una pregunta terrible: «¿Y si tiene razón?».

 

 

3

 

 

Morgan


   Los frenos chirrían sobre las vías metálicas produciendo un ruido espantoso. Grito y grito, y vuelvo a gritar. Cuando abro los ojos, veo que el tren ha entrado a toda velocidad en la estación. Ya es demasiado tarde.

   —¡Ayuda! ¡Esa mujer se ha tirado! ¡Ay, Dios…! ¡Tengo a su bebé! —exclamo.

   Mis brazos y mis piernas tiemblan con tal violencia que temo que se me caiga la niña. Apenas miro hacia la vía, pero, cuando lo hago, veo sus extremidades dobladas en ángulos extraños, y sé que está muerta. Aparto la mirada, temiendo ver más. Me ciegan las luces rojas del tren centelleando contra la pared. Oigo ruido de alarmas, pero todo suena muy lejano, como si estuviera sumergida bajo el agua.

   Una muchedumbre de gente grita, se amontona, empuja. Las puertas del vagón se abren y empiezan a salir viajeros hasta que no queda espacio para moverse en el andén. Empieza a cundir el pánico, la gente chilla, señalando a la mujer en las vías. ¿Dónde está la policía? ¿Dónde están las ambulancias? Sé que ya no hay esperanza, pero al menos tienen que intentarlo.

Hot Books
» House of Earth and Blood (Crescent City #1)
» A Kingdom of Flesh and Fire
» From Blood and Ash (Blood And Ash #1)
» A Million Kisses in Your Lifetime
» Deviant King (Royal Elite #1)
» Den of Vipers
» House of Sky and Breath (Crescent City #2)
» Sweet Temptation
» The Sweetest Oblivion (Made #1)
» Chasing Cassandra (The Ravenels #6)
» Wreck & Ruin
» Steel Princess (Royal Elite #2)
» Twisted Hate (Twisted #3)
» The Play (Briar U Book 3)
» The War of Two Queens (Blood and Ash #4)