Home > Se lo que quieres(10)

Se lo que quieres(10)
Author: Samantha M. Bailey

   Lo es. Ya no tengo amigos ni familia en Chicago. Después de la muerte de Ryan, comprendí que mis únicos amigos durante nuestro matrimonio eran los suyos. Y les había engañado a todos, haciéndome quedar como cómplice. Incluso los amigos que yo tenía de la universidad y del trabajo se fueron apartando después del suicidio de Ryan. Estaba sola, con el dolor y la pérdida como única compañía. Pero no le voy a decir nada de esto a Martínez, porque busca algo. Y no sé qué es.

   Martínez frunce los labios hacia abajo en un gesto de desaprobación al ver que no contesto.

   —Morgan, siempre me ha costado creer que no sabía que su marido estuviera robando a sus inversores y estafando al Fondo Light the Way, una organización benéfica que «usted misma» fundó. Vivía con él, día tras día. Parece una mujer avispada. Cierto, no pudimos demostrar que supiera exactamente lo que estaba haciendo, pero siempre ha habido algo en usted que me resulta muy… reservado. Y ahora lo vuelvo a ver. —Se reclina en la silla, observando de nuevo la foto de Nicole Markham—. La directora ejecutiva de Breathe está muerta, y usted tenía a su bebé en brazos en el borde de un andén de metro. Dijo su nombre. ¿Comprende por qué creo que se conocían?

   De repente, el hecho de que Martínez saque a colación mi traumática experiencia para descolocarme me enfurece. Salto de la silla, tirando la botella de agua.

   La señalo con el dedo.

   —Todo el mundo cree saberlo todo de mí, y no tienen ni idea —digo, con la voz ahogada por lágrimas que no quiero derramar.

   Martínez se queda mirando mi dedo levantado. El ruido de unos tacones en el pasillo desvía mi atención. Me siento otra vez, temblando, y mi cuerpo se encoge aliviado al ver a Jessica entrar en la sala.

   Mi abogada es tan espigada que, aunque soy más alta que la media, siempre me siento bajita a su lado. Su piel morena tiene un aspecto suave y limpio, y ese vestido verde azulado con cinturón, como toda su ropa, le queda perfecto. Cuando nos conocimos, le pregunté si había sido modelo.

   Martínez y ella se saludan educadamente. Jessica coge una silla a mi lado y se sienta, poniendo una mano sobre mi hombro.

   La inspectora le pone al corriente del suicidio y dice que soy «testigo de interés». Jessica posa sus dedos suavemente sobre mi espalda.

   —¿Estás bien, Morgan?

   Su suave tacto desata las emociones que había logrado contener a duras penas desde que llegué a comisaría. Los labios descarnados de la mujer, sus ojos desorbitados y la desesperación pasan por mi mente como una escena de película. Empiezo a sollozar de pena, por ese bebé, por la madre que ni siquiera conocía, por mí misma.

   Jessica me da una palmadita en el hombro hasta que el hipo se me va.

   —Gracias.

   Le dice a Martínez:

   —Necesito un momento a solas con mi clienta. —Alza la mirada al techo—. Con la cámara apagada.

   —De acuerdo. —Martínez se levanta, sale y cierra la puerta tras de sí.

   De repente, la sala me parece más pequeña. Me siento tan mareada que tengo que apartarme de la mesa y meter la cabeza entre las rodillas.

   Jessica espera a que vuelva a incorporarme.

   —A ver, estoy atando cabos. —Mira el periódico sobre la mesa—. He oído en las noticias que la directora general de Breathe se ha suicidado en la estación de Grand/State después de entregar su bebé a una desconocida. ¿La desconocida eres tú?

   —Sí y no.

   Los ojos de Jessica se abren.

   —Es el momento de que me lo cuentes todo.

   —Estaba esperando el metro cuando esa mujer de repente me agarró del brazo, me dijo que cogiera a su hija y que la quisiera. Parecía muy asustada, como si hubiera alguien en el andén persiguiéndola. Y luego dijo mi nombre. Me dijo: «Quiérela por mí, Morgan». Le he contado todo menos eso a Martínez. Y ella dice que ya ha oído testimonios de otras personas. Es como si me la tuviera jurada, Jessica, y yo solamente estaba allí esperando el tren. —Hundo la cabeza entre las manos—. No sé por qué no se lo he contado desde el principio. —Levanto la mirada de nuevo—. Lo siento.

   Gime.

   —No pasa nada. Estás estresada. Seguro que presenciar todo eso habrá desatado recuerdos terribles.

   Ryan, la herida supurando sangre, la pistola en mi mano. «No, no, no, no puede ser. Esto no puede estar pasando.»

   —Sí que lo hizo —admito—. Y me eligió a mí para que protegiera a su bebé. Y yo…

   —Shhh, lo entiendo. No pasa nada. Estabas en shock. No has hecho nada malo. Y sabes que mi trabajo consiste en defenderte. Ya has pasado por algo parecido, Morgan. Así que, por ahora, digamos que ya has hablado bastante. Estás traumatizada. No eres tú misma. No puedes volver a hablar con Martínez, con los medios ni con nadie sin que yo esté presente.

   Acerca su silla un poco más.

   —A ver, ahora mismo no tenemos mucho tiempo. Si hay algún otro detalle importante, cualquier cosa que se te haya olvidado contarme, es el momento de hacerlo.

   Me aparta el pelo de la cara, está mojado del sudor por el pánico. Entonces busco el pósit en mi bolso y se lo doy.

   —Encontré esto pegado en mi bolso después. ¿Es posible que sea el nombre de la niña?

   Jessica se queda mirando la notita con curiosidad, dándole la vuelta entre las manos.

   —No. Las noticias han dicho que se llama Quinn.

   No Amanda. Quinn. Qué nombre tan bonito para la diminuta niña que tuve en brazos.

   —Entonces, ¿quién es Amanda? —pregunto—. ¿Y si Quinn está en peligro? Su madre me hizo pensar que lo estaba. Me suplicó que no dejara que nadie hiciese daño a su bebé. Estaba muy angustiada, como si la estuvieran siguiendo. Deberíamos enseñar esto a Martínez, ¿no crees?

   Sacude la cabeza de manera brusca y rápida.

   —Ni de broma. Guárdala ahora mismo. Pondré a mi detective, Barry, a hacer algunas averiguaciones. Pero, hasta que sepamos por qué esa mujer dijo tu nombre en el andén y por qué se dirigió a ti, contarle cualquier cosa a Martínez solo hará que parezca que guardas alguna relación con todo esto. Por lo que me has contado, Nicole Markham parecía y sonaba muy alterada.

Hot Books
» House of Earth and Blood (Crescent City #1)
» A Kingdom of Flesh and Fire
» From Blood and Ash (Blood And Ash #1)
» A Million Kisses in Your Lifetime
» Deviant King (Royal Elite #1)
» Den of Vipers
» House of Sky and Breath (Crescent City #2)
» Sweet Temptation
» The Sweetest Oblivion (Made #1)
» Chasing Cassandra (The Ravenels #6)
» Wreck & Ruin
» Steel Princess (Royal Elite #2)
» Twisted Hate (Twisted #3)
» The Play (Briar U Book 3)
» The War of Two Queens (Blood and Ash #4)