Home > Todos mis amigos(5)

Todos mis amigos(5)
Author: Susana Rubio

   —Estaban por ahí bailando. De verdad que no me cuesta nada acompañarte, no estás bien.

   Salimos del baño discutiendo sobre aquello hasta que nos topamos con Enzo y Martín.

   —Edith, ¿qué te ocurre?

   Enzo acompañó su pregunta colocando una mano en mi frente.

   —No tienes fiebre —murmuró—. ¿Has vomitado?

   —Eh... sí.

   —¿Te ha sentado algo mal? —volvió a preguntarme Enzo.

   Sí, la culpa que tenía después de aquel encontronazo con la exmujer de Pablo.

   —Creo que sí, no te preocupes.

   Aquel chico era encantador y podía entender que Noa estuviera colada por él, aunque lo negaba siempre que se lo insinuaba.

   —Me voy a casa —añadí cansada.

   —¿Sola? —preguntó de repente Martín.

   Nos miramos a los ojos y sentí que aquella cálida mirada era lo que más necesitaba en esos momentos.

   —Sí, sí, llamaré a un taxi...

   —Ni hablar —me cortó Martín y todos lo miramos asombrados—. Yo te llevo.

   —Venga, sí, mejor que ir en taxi —me animó Luna antes de que pudiera negarme.

   Acepté sin abrir la boca porque deseaba salir de allí y estar en mi casa cuanto antes.

   Martín me rodeó con el brazo y me guio hacia el exterior. Y yo dejé que llevara el mando de aquella situación porque sentía que mi cuerpo pedía un poco de paz.

   Durante el camino pensé que la exmujer de Pablo debía de creer que yo era una zorra que lo había querido cazar o algo por el estilo. Y no era verdad, aunque mi parte de culpa tenía. Cuando Pablo empezó a rondarme en la oficina podía haberle parado los pies, pero en ese momento me pareció algo divertido y sexi. Nada que ver con lo que pensaba en ese momento.

   —¿Estás mejor? —preguntó Martín nada más salir del aparcamiento de la discoteca.

   —Sí, gracias.

   ¿Quién me hubiera dicho que a esas horas de la noche estaría en el coche del chico que me gustaba tanto? No estaba allí porque Martín quisiera algo conmigo, pero podría no haberse ofrecido... ¿Por qué había querido llevarme a casa? No entendía a estos hombres y no tenía la cabeza para pensar demasiado, así que miré a través de la ventanilla el paisaje que pasaba con rapidez y no le dije nada más.

   Al llegar me desabroché el cinturón y pensé en mil despedidas en un segundo: gracias, hasta luego, muy amable, hasta otra, no era necesario... No estaba nada lúcida, pero Martín reaccionó por mí. Salió del coche y me abrió la puerta para ofrecerme su mano. Aquel contacto atormentó un poco más mi cabeza y procuré no mirar aquellos ojos que tanto me gustaban. No quería que supiera que seguía sintiendo lo mismo por él. ¿Y él? ¿Qué sentía él?

   Salí del coche y nuestras manos siguieron enlazadas.

   —¿Podrás entrar sola y eso...?

   Hacía días que no lo tenía tan cerca y aunque no era mi mejor momento, mi cuerpo pedía a gritos lanzarme a por esos labios. Tal y como hubiera hecho Luna... ¿lo hacía o me quedaba con las ganas?

 

 

5

 

Sábado, Luna en el Mistic

   ¿Cómo iban a terminar aquellos dos? ¿Besándose apasionadamente en el coche de Martín o se despedirían sin más? Yo tenía claro que él estaba coladito por Edith, lo mismo que Enzo lo estaba por Noa. Lo sabía porque Enzo me había estado preguntando por ella y a mí se me había escapado que iríamos a Mistic en Carnaval.

   Y allí estaban los dos.

   No me había querido meter en sus historias ni les había dicho a mis amigas que ellos dos se encontraban allí porque se me había escapado esa información. Prefería que ellas mismas decidieran qué hacer y por lo visto Edith había aceptado irse con Martín. Eso quería decir algo, porque de lo contrario podría haberse negado.

   Menuda es ella cuando quiere, a veces parece la mujer de hielo e incluso da miedo cuando te habla con ese tono grave de abogada. Solo esperaba que ese rato juntos les sirviera para hablar de lo que había ocurrido, aunque Edith no estaba para demasiadas historias. Quizá acercaban posiciones y lograban quedar para tomar un café.

   —¡Luna! ¿Dónde estabas?

   Noa apareció de repente a mi lado mientras yo buscaba a Sergio con la mirada. Hacía rato que lo había perdido de vista.

   —Con Edith.

   —¿Y Edith? —preguntó extrañada Penélope.

   —Vamos fuera —les dije con un gesto con la mano.

   Les expliqué lo ocurrido y ellas me escucharon atentas sin decir nada.

   —¿Y Edith ha querido irse con él? —me interrumpió al final Penélope.

   —Pues sí.

   —Bueno, quizá haya reconciliación —dijo Noa poco convencida.

   —¿Y la mujer esa? —preguntó de nuevo Pe.

   —Ni idea —respondí alzando los hombros—. Supongo que debe andar por aquí.

   —Es lógico que esté cabreada —comentó Noa muy seria—. Pero si se mete con Edith va a tener un problema más.

   Penélope y yo la miramos con los ojos muy abiertos.

   —¿Qué? Aunque la haya cagado no dejaremos que nadie la fastidie, ¿no?

   Pe y yo asentimos con la cabeza con firmeza.

   —Todas para una y una para todas —dije con entusiasmo.

   —Por cierto, Sergio te andaba buscando —me dijo Penélope, sonriendo.

   Y entramos de nuevo en la discoteca moviendo el esqueleto. Yo iba la primera y Pe la segunda. Cuando nos dimos cuenta habíamos perdido a Noa. No nos preocupaba, porque cuando salíamos no era nada extraño perdernos a ratos: una encontraba a una amiga, otra encontraba a un primo, otra, a un tío bueno... Lo normal, vamos.

   No vi a Sergio, así que estuve bailando con Pe mientras iba echando miradas de un lado a otro. No estaba intranquila, pero me apetecía verlo, besarlo y reírme con él. A quien sí vi fue a su prima, a Erika, que pasó con prisas y mala cara. ¿Qué le pasaba?

Hot Books
» House of Earth and Blood (Crescent City #1)
» A Kingdom of Flesh and Fire
» From Blood and Ash (Blood And Ash #1)
» A Million Kisses in Your Lifetime
» Deviant King (Royal Elite #1)
» Den of Vipers
» House of Sky and Breath (Crescent City #2)
» The Queen of Nothing (The Folk of the Air #
» Sweet Temptation
» The Sweetest Oblivion (Made #1)
» Chasing Cassandra (The Ravenels #6)
» Wreck & Ruin
» Steel Princess (Royal Elite #2)
» Twisted Hate (Twisted #3)
» The Play (Briar U Book 3)